Se encuentra en la población de Howick, distrito de uMgungundlovu, en la provincia KwaZulu-Natal de Sudáfrica, cerca del lugar donde Nelson Mandela fue capturado el 5 de agosto de 1962, por la policía del gobierno blanco racista, bajo los cargos de haber promovido huelgas de trabajadores negros y haber salido del país sin autorización. Mandela obtuvo su libertad 27 años más tarde, después de haber estado preso en tres distintas cárceles, gracias a una campaña internacional.
La escultura fue creada por Marco Cianfanelli (Johannesburgo, Sudáfrica, 1970) para honrar la fascinante vida de Mandela: su lucha desigual contra el régimen racista sudafricano; la persecución implacable a la que fue sometido durante quince meses y su habilidad para eludirla; su captura inevitable por la policía del apartheid; su incesante lucha continuada desde el largo y severo cautiverio; su liberación exigida y aclamada por todo el mundo; su asombroso ascenso a la presidencia de Sudáfrica; su política democrática, humanista y de reconciliación que cambió radicalmente al país, y su despedida airosa y ejemplar del poder político, negándose a intentar reelegirse.
Está compuesta de 50 barras de acero (uno por cada año trascurrido desde su captura) que representan su cautiverio, con alturas de entre 5 y 10 metros, dispuestas de tal manera que, si uno camina entre ellas se visualiza el efecto de un disparo, lo cual simboliza el surgimiento y entronización del partido del Congreso Nacional Africano, cuyo líder principal fue Mandela, y que llevó a este a la Presidencia de Sudáfrica. Solamente si uno se aleja a 35 metros del monumento llega a un punto determinado, el único, desde donde el alineamiento de las barras determina que pueda verse el rostro de Nelson Mandela. Esto alude a lo difícil que fue capturarlo