Por Mario Alberto Naranjo Ricoy
El mes de abril tiene señalados en el calendario global instaurado por la Organización de las Naciones Unidas una serie de conmemoraciones que nos permiten reflexionar sobre algunos temas de interés en materia de derechos humanos, tales como: la libertad de prensa (3 de mayo), la memoria y la reconciliación en torno a la II Guerra Mundial (8 y 9 de mayo); el derecho a la familia (15 de mayo); las telecomunicaciones y la sociedad de la información; la diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo (21 de mayo); la labor del personal de paz de la ONU (29 de mayo). Además, este 3 de mayo también se conmemora la entrada en vigor de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de 2008.
3 de mayo. Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.
Este 2021 se cumplen 13 años de la entrada en vigor de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, el primer instrumento de derechos humanos del siglo XXI promovido por el Gobierno Mexicano ante la comunidad internacional, y comprobamos cada día que el cambio de paradigma hacia un modelo de derechos humanos en la atención de la discapacidad aún dista mucho de ser una realidad en la mayoría de las sociedades alrededor del mundo. Por ello se debe fortalecer la convicción en nuestro país de que el tema de la atención de los derechos humanos e inclusión de las personas con discapacidad forma parte de la Agenda Nacional en esta materia.
3 de mayo. Día mundial de la libertad de prensa
Que todas las voces puedan ser escuchadas y que la información circule a través de todos los canales posibles son condiciones indispensables de cualquier régimen democrático y una de las libertades fundamentales que todos los gobiernos tienen obligación de preservar. El respeto a la libertad de prensa garantiza que haya debate de ideas y construcción de consensos sin menoscabo de la pluralidad de pensamientos y posturas, entre otros efectos positivos sobre la sociedad. Por estas razones, la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la ONU en 1948 establece en su artículo 19 que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
En 1991, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebró una conferencia mundial en Namibia, África, cuyo resultado fue la Declaración de Windhoek, documento que recogió los principios de la libertad de prensa. Dicha conferencia se sigue realizando cada año y constituye un foro de primer orden en el que periodistas, reporteros, académicos, especialistas y sociedad civil en general tratan los principales problemas y desafíos que la libertad de prensa enfrenta, tales como la seguridad de las y los trabajadores de la comunicación, la independencia del periodismo y la censura o intervención de los gobiernos.
El tema propuesto por la UNESCO para conmemorar este día en 2021 es “la información como un bien común”, es decir, como un bien al que todos deben acceder y que todos deben proteger. En la actualidad, para que las personas puedan ejercer el derecho de acceso a la información es preciso implementar políticas que satisfagan sus necesidades de alfabetización digital, mediática e informacional, así como de educación y formación de criterio para discernir y elegir fuentes de información confiables, toda vez que nos encontramos en un entorno de comunicación que se está transformando debido a la creciente presencia de las redes sociales, entre otros medios y formatos de comunicación emergentes, que facilitan la circulación de noticias falsas. Justamente, la pandemia de COVID-19 aún en curso ha dejado en claro la necesidad de que la información fidedigna y verificable circule y sea accesible a todos, al mismo tiempo que ha señalado el deber que cada persona tiene de mantener sano el entorno comunicativo, a salvo de fake news y discursos de odio.
8 y 9 de mayo. Jornadas de recuerdo y reconciliación en honor a quienes perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció estas jornadas con el fin de recordar y conmemorar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), conflicto bélico que causó la muerte de 20 millones de soldados y 40 millones de civiles. Quienes lo vivieron fueron testigos de actos atroces cometidos por la Alemania Nazi y la Italia Fascista, así como por los países Aliados que los enfrentaron. Estos actos implicaron violaciones graves a derechos humanos, crímenes de guerra y de lesa humanidad. Los dos mayores ejemplos de ello son el Holocausto, como se conoce al genocidio perpetrado por los nazis en contra de judíos, gitanos y eslavos, y el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki, realizado por la aviación estadunidense.
Con la derrota del nazi-fascismo y el fin de la guerra se llevaron a cabo esfuerzos para superar sus secuelas y lograr la reconciliación entre los bandos enfrentados. Los tribunales de Nuremberg condenaron a los criminales de guerra y se fundó la ONU, entre cuyos objetivos se propuso “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”. La fundación de la ONU fue un acontecimiento histórico que marcó el inicio de una nueva etapa de cooperación internacional, multilateralismo y promoción de los derechos humanos, aún en el contexto de un mundo polarizado por la Guerra Fría.
En el contexto actual, la persistencia de conflictos militares regionales y/o locales constituye una amenaza en contra de la paz mundial. Por otra parte, la aparición en el escenario político global de grupos de extrema derecha, que enarbolan discursos de odio e ideologías supremacistas similares a los nazis, atenta en contra de la armonía y la integración social al interior de los países. Recordar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y promover la reconciliación entre países debe servir para entender que la comunidad internacional sólo puede enfrentar aquellos y otros desafíos –tales como la pandemia de COVID-19 aún en curso– mediante la cooperación efectiva, la solidaridad internacional y el establecimiento de mecanismos diplomáticos para la resolución de conflictos, todo ello facilitado por los organismos que integran el sistema de Naciones Unidas, en aras de construir sociedades basadas en la paz, la seguridad, los valores democráticos y el respeto a las libertades y derechos fundamentales.
15 de mayo. Día internacional de las familias
Es una verdad de sentido común que los individuos no nacen ni viven aislados unos de otros, sino que lo hacen inicialmente en el seno de una familia en la que aprenden los elementos básicos de la socialización: normas, valores, lenguaje, costumbres, etcétera. En otras palabras, la familia es “el elemento natural y fundamental de la sociedad”, tal y como lo sostiene el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU en el que se sanciona el derecho de las personas a contraer matrimonio libremente y fundar una familia, misma que debe ser protegida por la sociedad y el Estado a través de políticas que garanticen su bienestar y desarrollo.
La protección de las familias es una cuestión fundamental que debe ser tratada por los gobiernos desde una perspectiva transversal pues tiene muchas dimensiones y está interrelacionada con el ejercicio de derechos fundamentales. Proteger a la familia implica proveer de empleos con salarios dignos que representen un ingreso familiar suficiente y justo, crear instituciones para el cuidado de los recién nacidos, proporcionar educación básica a la niñez y a la adolescencia, promover la equidad de género en el reparto de las tareas domésticas, entre otros aspectos. Si es efectiva, tiene el potencial de generar efectos multiplicadores positivos sobre la sociedad.
En la actualidad, la pandemia de COVID-19 ha hecho estragos en las familias de todo el mundo, sobre todo en las más vulnerables y de menores recursos. La carencia o pérdida del trabajo ha llevado a la pobreza a algunas, en tanto que las medidas de confinamiento han causado estrés, ansiedad y angustia en las personas, circunstancia que ha elevado los niveles de violencia familiar que padecen mujeres, niños y personas mayores, principalmente. Hoy más que nunca, proteger a la familia es una necesidad patente e insoslayable.
17 de mayo. Día mundial de las telecomunicaciones y la sociedad de la información
La digitalización de la vida está ocurriendo a un ritmo acelerado y este cambio exige una rápida adaptación de las personas y las sociedades. Este proceso es resultado de la última revolución tecnológica de finales del siglo XX e inicios del XXI que ha detonado un gran desarrollo de la informática y la computación. Dos productos de esta revolución son el internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que posibilitan niveles de interconexión elevados y, por lo tanto, tienen el potencial de facilitar la cooperación internacional, las interacciones democráticas entre gobiernos y sociedad civil, así como el desarrollo sostenible e inteligente. De hecho, la ONU considera al internet y a las TIC como herramientas de gran valor para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Desde su surgimiento y posterior masificación, el internet y las TIC han generado grandes expectativas y han sido elementos esenciales para poder plantear, en forma realista, el advenimiento de una “sociedad de la información”. Esta noción, que se atribuye al sociólogo japonés Yoneji Masuda, hace referencia a un tipo de sociedad que crece y se desarrolla colocando a la información en el centro de sus actividades, con lo que se genera un entorno propicio para potenciar el conocimiento, la inteligencia y la creatividad de las personas. Sin embargo, el ideal de la sociedad de la información y el conocimiento no puede concretarse si antes no se reduce o elimina la brecha digital existente entre los diferentes sectores de la sociedad. La conmemoración de este día debe servir para reflexionar acerca de las medidas que es necesario implementar para lograr que las personas ejerzan sus derechos digitales plenamente y, en condiciones de cada vez mayor igualdad, puedan hacer uso de internet y las TIC para acceder a información veraz y de fuentes fidedignas.
21 de mayo. Día mundial de la diversidad cultural para el diálogo y el desarrollo
Una de las mayores riquezas de la humanidad es la inmensa diversidad de culturas y civilizaciones que se han desarrollado a lo largo de la historia universal, muchas de las cuales perviven en la actualidad y conforman un mosaico abigarrado de tradiciones, costumbres, creencias, expresiones artísticas y formas de vida en común. Esta diversidad cultural es sinónimo de vida y merece celebrarse y preservarse. Ello requiere que en las sociedades y las personas se introyecten los valores de la tolerancia, el respeto a la diferencia y el reconocimiento de la dignidad del otro, así como la erradicación de la xenofobia y los discursos de odio. Sólo así se podrá propiciar un diálogo entre personas, pueblos, naciones y gobiernos que fructifique y genere un desarrollo común y compartido.
En el contexto de la actual pandemia por COVID-19, las medidas de confinamiento han afectado negativamente la economía del sector cultural y sus sectores asociados, como el turismo, debido al cierre de museos, sitios arqueológicos y recintos artísticos. En ese mismo sentido, la cancelación de actividades artísticas y culturales ha puesto en suspenso el derecho humano de acceso a la cultura. Sin embargo, las personas han implementado una serie de estrategias para hacer frente al aislamiento social a partir de su propio bagaje artístico y cultural, de maneras que llegan a ser sorprendentes y admirables. La comunidad internacional debe entender que la cultura, en su diversidad, nos da mecanismos para resistir a los períodos de crisis. Por lo tanto, preservarla es un imperativo categórico.
29 de mayo. Día internacional del personal de paz de las Naciones Unidas
Este día fue
establecido por la ONU para reconocer la labor de aquel personal, civil y
militar, abocado a evitar el conflicto bélico entre naciones y al interior de
ellas, atendiendo así al objetivo primordial de salvaguardar a la humanidad del
flagelo de la guerra. Lograr la paz social y mundial es una condición sine
qua non para que las personas alcancen su libre desarrollo y ejerzan sus
derechos y libertades fundamentales.
Desde
que se estableció la primera misión de paz de Naciones Unidas en Oriente Medio
en 1948, más de un millón de hombres y mujeres han servido en 72 misiones de
mantenimiento de paz de la ONU. De ellos, 3900 han perdido la vida. En la
actualidad, cerca de cien mil miembros de estas misiones, entre personal civil,
policial y militar, están desplegados alrededor del mundo en 13 operaciones.[1] Los problemas
ocasionados por la pandemia de COVID-19 hacen más urgente aún que la comunidad
internacional haga esfuerzos por garantizar la vida y la integridad de estos
misioneros.
[1] “Día internacional del personal de paz de la ONU. 29 de mayo”. Disponible en: https://www.un.org/es/observances/peacekeepers-day (última consulta: 24/04/21).