Tú eres de mis amigos el primero
según, Crisipo, lo cuentas noche y día;
yo, candoroso, un tiempo lo creía
fiando sólo en tus palabras, pero
comencé por pedirte algún dinero,
y mayor tu pobreza que la mía,
probándome, resuelto me veía
a dividir contigo mi puchero.
Si el Gobierno a ocuparme se ha inclinado,
en hablar mal de mí tú te recreas
Tuve una amasia, y tú me la has quitado.
Tu erudición en fastidiarme empleas.
Sólo una prueba de amistad me has dado,
Que delante de mí te ventoseas.
Marcial
[1] Traducción libre en forma de soneto de Ignacio Ramírez “El Nigromante”.