Juan José Millás
Estuve en Nueva York, adonde llegué tras rellenar, a falta de visado, un formulario verde en el que, entre otras cosas, se me preguntaba si padecía alguna enfermedad contagiosa, alguna deficiencia física o mental, o si había sido arrestado o condenado por dos o más infracciones cuya sentencia total de reclusión fuera igual o superior a cinco años. También tenían interés en saber si pretendía entrar en Estados Unidos para realizar actividades criminales o inmorales. Respondí que no a todo ello, lo mismo que a la pregunta sobré si había estado implicado en actos de espionaje o sabotaje, actividades terroristas o genocidios.