Así como en la existencia es indispensable un marco ético y moral que
nos sostenga y delimite, el mismo jamás debe perderse o vulnerarse en el
ejercicio profesional.[1]
[1] Palabras pronunciadas ante la XXIV generación de licenciados en Derecho de la Universidad de Baja California”, Tijuana, B.C., el 31 de enero de 1992. Tomado de: https://www.redalyc.org/pdf/427/42725646016.pdf (301020)