Uno de los legisladores del Congreso General Interplanetario de la Vía Láctea, de origen terrícola, conocido por su temperamento iracundo y su lengua aguda, explota un día en medio de la sesión y grita: —¡la mitad de este Congreso es una bola de estúpidos!
Todos los demás legisladores le exigen que retire sus palabras o que abandone la sesión.
Después de una larga pausa, el legislador iracundo asiente y dice: —Está bien; retiro lo que he dicho… la mitad de los miembros de este Congreso no son estúpidos.
𝄇