Una viejecita llama a la policía porque en la casa de enfrente hay un hombre completamente desnudo haciendo ejercicio, lo cual —la desnudez— ofende el sentido del pudor de ella.
El policía examina la situación y dice a la ancianita: —Perdóneme, pero no veo nada de malo. Desde aquí solamente se le ve al hombre de la cintura hacia arriba.
—Sí,— responde la mujer —pero súbase a la mesa y verá…