El Juez Trigésimo Sexto de lo Civil de la Ciudad de México ha dictado sentencia definitiva absolviendo a la doctora Quetzalli Teresa Soria Cervantes de la demanda por daño moral que formuló contra ella su exjefe como represalia por el procedimiento administrativo a que él fue sometido por los actos de hostigamiento sexual de que la hizo víctima durante largo tiempo.
Durante varios años, la doctora Soria fue médica general de la Dirección de Violencia Intrafamiliar del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud federal. Podría pensarse que ese sería uno de los últimos lugares en que las mujeres trabajadoras podrían sufrir hostigamiento sexual. Sin embargo, la doctora Soria padeció allí, de 2009 a 2012, el asedio sexual continuo de quien era su jefe.
Él la sometió repetidamente a hostigamiento sexual que consistía en gestos y ademanes e invitaciones inapropiadas. En alguna ocasión, durante un trayecto en un vehículo por motivos de trabajo, su jefe le tocó un muslo con ánimo lascivo sin su consentimiento. Todo eso le significó a la doctora Soria ofensas a su dignidad y sufrimientos emocionales severos.
Ella solicitó su cambio de adscripción, sin éxito, pero, al conocerse el motivo de la solicitud y sin que ella lo hubiera pedido, se inició un procedimiento administrativo contra su jefe. El procedimiento terminó con la resolución de que no había pruebas suficientes de los actos de asedio. El sentimiento de desolación que esto le produjo, orilló a la doctora Soria a pedir licencia en su trabajo.
Como represalia por haber sido sometido a dicho procedimiento, su jefe la demandó por daño moral ante el Juez Trigésimo Sexto de lo Civil de la Ciudad de México. Ella pidió ayuda a numerosas organizaciones civiles especializadas en la defensa de los derechos de las mujeres, pero ninguna quiso intervenir en el asunto en razón de los apoyos económicos que les otorgaba el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, o por el sentimiento generalizado de que el hostigamiento sexual es algo normal en las relacionales de trabajo.
Entonces, la doctora Soria acudió a la Clínica Jurídica del PUDH−UNAM, la que asumió su defensa y formuló una sólida respuesta a la demanda. La Clínica contó con el apoyo invaluable para la defensa de la perito psicóloga maestra Miriam Camacho Valladares.
El procedimiento judicial culminó con la sentencia que absolvió a la doctora Quetzalli Teresa Soria Cervantes de la demanda de daño moral formulada por su antiguo jefe.