A la opinión pública:
Vivimos día a día en mundo cada vez más injusto, violento e intolerante a la diversidad de creencias, valores y culturas. Ante esta situación mundial la filosofía tiene el compromiso de contribuir a comprender y superar las causas y procesos que generan estas situaciones de exclusión y violencia a través de un diálogo plural y reflexivo con las ciencias, las humanidades, las artes y la multiplicidad de saberes socialmente relevantes, especialmente de los saberes de los pueblos originarios que han sido despreciados desde la Conquista hasta nuestros días. A cinco siglos de colonialismo interno y externo, esta labor crítica, edificante y liberadora de la filosofía es un compromiso ineludible.
Para lograr estos objetivos es necesario transformar la filosofía de raíz y al mismo tiempo un fortalecimiento de su presencia y significación en la sociedad, a través de la investigación, la educación y la comunicación pública que promueva la formación de personas autónomas y de ciudadanos libres y participativos en la vida pública.