Por Luis de la Barreda Solórzano
7 de diciembre de 2023
La organización Unidos por la Salud de los Mexicanos, de la que forman
parte destacados médicos y expertos en políticas públicas, ha enviado a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos una solicitud de audiencia pública
en un documento en el que señala los temas que serían expuestos en esa
audiencia. El escrito muestra con datos precisos los resultados catastróficos
del gobierno federal en materia de salud (¡como en tantas otras!). Señalo
algunos de ellos.
La desaparición del Seguro Popular incrementó la cantidad de personas
sin acceso a los servicios de salud de 20.1 millones en 2018 a 35.7 millones en
2020, un aumento de 15.6 millones. Se dijo que la desaparición obedecía a la
existencia de una red de corrupción, pero no se conocen casos de servidores
públicos denunciados por participar en esa supuesta red. El fondo de protección
contra gastos catastróficos cubrió entre 2013 y 2018 a más de 789,000
pacientes.
Igualmente aduciendo razones de corrupción —nunca comprobada— se cambió
el mecanismo de compras consolidadas de medicamentos, material de curación e
insumos médicos del sector público, que había sido exitoso. Los costos se
incrementaron y se provocó uno de los peores desabastos de que se tenga
registro en las instituciones públicas de salud. Se acumulan más de 44 millones
de recetas no surtidas durante el gobierno actual. El aumento del gasto de
bolsillo pasó de 41 a 52 por ciento.
El fondo de atención a enfermedades que generan gastos catastróficos del
Seguro Popular cubría y financiaba en su totalidad la atención requerida por
menores de 19 años afectados por cualquier tipo de cáncer que no contaran con
seguridad social. La desaparición del Seguro Popular, la utilización del fondo
con fines distintos a los que le dieron origen y la anulación del mecanismo de
compras consolidadas ocasionaron numerosas muertes de niños y jóvenes que
pudieron evitarse.
En la gestión de la pandemia de covid-19, dos de las más graves
decisiones fueron no recomendar el uso de cubrebocas inmediatamente después de
la publicación de la evidencia científica al respecto y la no utilización de
pruebas diagnósticas para detectar y aislar a las personas infectadas, estudiar
a sus contactos y ponerlos en cuarentena para interrumpir la transmisión del
virus. La autoridad se resistió inicialmente a vacunar al personal de salud del
sector privado. El registro de exceso de muertes varía entre 600,000 y 798,000.
Nuestro país tuvo la segunda más alta tasa de letalidad del mundo y la mayor
tasa de defunciones entre el personal de salud.
El funcionamiento y los beneficios del prestigiado sistema nacional de
vacunación eran reconocidos como ejemplo a nivel mundial. En este gobierno, el
mal diseño de la política de vacunación —incluido el desperdicio de vacunas
caducadas— causó la disminución de las coberturas. En 2020 se registró un
número de casos de sarampión parecido al que se había tenido hace dos décadas
en que se empezó a controlar. En 2019 se aplicaron a menores de 12 años 4,191
millones de dosis; en 2021, apenas 2,075 millones, es decir, alrededor de la
mitad que dos años antes.
El gobierno, que no previno oportunamente a la población sobre la
intensidad del huracán Otis para salvar vidas, ha declarado —minimizando el
número de muertos y desaparecidos— el fin de la emergencia en el estado de
Guerrero, a pesar de que son evidentes las epidemias existentes que requieren
atención inmediata. Las medidas de prevención de enfermedades emergentes y
reemergentes, especialmente el dengue endémico y las enfermedades diarreicas
por acumulación de agua, como el cólera, no se tomaron en las primeras semanas
después del huracán.
El derecho a los servicios de salud ha sufrido en nuestro país un
menoscabo considerable. También el derecho a vivir: la expectativa de vida de
los mexicanos se ha reducido en más de cuatro años en este sexenio, de 74.8 a
70.2 años. No hay exageración alguna en afirmar que el desdén del gobierno a
esos dos derechos es criminal.
Ejercer a plenitud el derecho a la atención de la salud no solamente es
indispensable para cuidar de la vida, ese tesoro precioso, frágil y no
renovable. El periodista y escritor estadunidense Franklin P. Adams advirtió:
“La salud es lo que te hace sentir que el ‘ahora’ es el mejor momento del año”.
Fuente:
https://www.excelsior.com.mx/opinion/luis-de-la-barreda-solorzano/la-salud-de-los-mexicanos/1623876
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