La primera semana de agosto de cada año se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna cuyo lema en 2023 es “Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!”. Se trata de una cruzada mundial para generar conciencia y propiciar la implementación de acciones para promover y proteger el derecho a la lactancia materna y temas relacionados, coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés).
Este tipo de conmemoraciones coadyuvan en el alcance de uno de los objetivos primordiales de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes: transversalizar el marco jurídico, políticas públicas, acciones económicas, administrativas y culturales en materia de protección de los derechos humanos de niñas y niños, lo que implica la integración de la perspectiva de género y de derechos humanos de la primera infancia; concientizar a la sociedad y a las autoridades de la importancia que reviste implementar acciones afirmativas concretas para garantizar el acceso y disfrute de esos derechos; valorar las repercusiones positivas o negativas derivadas de todo tipo de medidas legislativas, administrativas y jurisdiccionales que les afecten, y sobre todo, consolidar un sistema de actuación conjunta y organizada de las instancias del Estado y de gobierno, los miembros de la familia y la sociedad, para garantizar su protección integral e interés superior.
La Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, disponen el derecho a la protección de la salud de la niñez, a la satisfacción de sus necesidades en forma integral y a la alimentación, de tal manera que los Estados Parte de la Convención deben asegurarse que madres y padres de familia conozcan las ventajas de la lactancia materna. La Semana Mundial de la Lactancia Materna es una buena oportunidad para reiterar que la alimentación materna es un derecho humano de niñas y niños por su alto valor nutricional para los recién nacidos, además de contener los anticuerpos que previenen infecciones y enfermedades con alta incidencia que, generalmente, son los causantes de mortalidad infantil.
La Organización Mundial de la Salud reconoce que la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida, y con alimentación complementaria hasta los dos años, genera importantes beneficios en la salud de niñas y niños, entre ellos: la reducción de las tasas de morbilidad y mortalidad infantiles al permitir la transmisión de anticuerpos; el favorecimiento de un adecuado desarrollo maxilofacial; la disminución del riesgo de padecer obesidad o diabetes tipo 2 en la edad adulta; la promoción del desarrollo sensorial y cognitivo de las y los bebés, y el fortalecimiento del vínculo materno-filial. Luego entonces, además de las bondades nutricionales e inmunológicas, la leche materna permite un mejor desarrollo psíquico y social de las niñas y niños.
La promoción y defensa de este derecho fundamental permitirá revertir las estadísticas mundiales proporcionadas por Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud correspondientes a 2023, en el sentido de más de 500 millones de mujeres trabajadoras no cuentan con la protección esencial de la maternidad en las leyes nacionales; que solo el 20% de los países requieren que los empleadores proporcionen a las empleadas descansos pagados e instalaciones para amamantar o extraer leche y que menos de la mitad de los infantes menores de 6 meses de edad son amamantados de forma exclusiva. Para ello, se pretende que los responsables de la materialización de los derechos humanos de niñas y niños expongan sus conocimientos, necesidades, inquietudes y propuestas en torno a un proceso biológico básico como lo es lactancia materna y se identifiquen las áreas de oportunidad en el entorno laboral de las mujeres -formal e informal- respecto de las condiciones para hacer compatible el trabajo con la lactancia materna; analizar las variables laborales, sociales y de género que alienten el ejercicio de este derecho y conocer experiencias y buenas prácticas, así como para compilar información que permita diseñar e implementar adecuaciones regulatorias y políticas públicas que favorezcan el ejercicio de la lactancia materna.
La lactancia materna es también un derecho de las madres lactantes, es decir, este derecho tiene una doble dimensión, cuyos beneficios se materializan en un menor riesgo de sufrir cáncer cérvico-uterino o de mama, osteoporosis, diabetes, hemorragia posparto, hipertensión, ataques cardíacos y depresión posparto. Por tanto, invertir en este derecho humano en su doble vertiente niña/o-madre lactante puede salvar vidas y propiciar una adecuada salud y desarrollo social y económico para las personas y países. Es, al mismo tiempo, un comportamiento aprendido que requiere que las madres lactantes y los padres cuenten con información exacta, así como apoyo dentro de sus familias, comunidades y del sistema de atención de salud. Este último a través de asistentes especializados en lactancia que proporcionen confianza a las madres sobre la importancia y trascendencia de la lactancia materna y el desarrollo de las técnicas de alimentación adecuadas para evitar problemas al momento de lactar.
En México ha habido avances en materia de derechos de niñas y niños, sin embargo, existe un camino importante por recorrer para generar acciones para que las mujeres puedan lactar a sus hijos. Se trata de un tema que implica el estudio, análisis y discusión de diversos factores, entre ellos, las condiciones laborales que posibiliten avanzar en la realización de este derecho y en el que participen los sectores involucrados, por ejemplo, para la promoción de espacios higiénicos para llevar a cabo la recolección y almacenamiento de leche materna.
También se requiere una orientación que incluya información adecuada de los aspectos culturales sobre la alimentación materna, que propicien el ejercicio de este derecho y llevan a la madre a tomar la decisión de alimentar a la niña o niño con leche materna.
La Observación General número 15 del Comité de los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas, estableció que los Estados nacionales deben incorporar en su régimen interno acciones y políticas públicas para promover las ventajas de la lactancia materna, así como la sensibilización sobre sus importantes beneficios nutricionales e inmunológicos que hagan efectivo el derecho a la protección de la salud de niñas y niños. Por ello, autoridades y sociedad civil deben propiciar la capacitación del personal médico sobre las bondades de la leche materna, incentivar en los hospitales públicos y privados la no utilización del biberón como sustituto de la leche materna y la creación de grupos de apoyo a las madres lactantes y por lactar en donde se compartan las buenas prácticas y experiencias positivas del ejercicio de la lactancia materna.
Es importante generar las condiciones para que niñas y niños vean satisfecho su derecho prioritario a la alimentación adecuada y al máximo nivel posible de salud, que hagan del interés superior de la niñez una realidad y un ejercicio cotidiano. La forma y tipo de alimentación que se proporcione a niñas y niños durante la primera infancia, potenciará o limitará su desarrollo físico, cognitivo y psicoemocional para el resto de su vida; de ahí que la lactancia materna sea prioritaria para su bienestar integral.
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