Comunicado 183/20
Washington, D.C.- En ocasión del Día Mundial contra la Trata de Personas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observa con preocupación que el impacto de las políticas restrictivas de movilidad humana en respuesta a la pandemia causada por el virus del COVID-19, presenta desafíos crecientes para la protección integral de los derechos humanos de las víctimas de la trata de personas, especialmente de niñas y mujeres. En este sentido, la CIDH urge a identificar y proteger a las víctimas de este fenómeno, así como a incorporar la protección de los derechos humanos de las personas en situación de movilidad humana en todas las dimensiones de las acciones y políticas en la materia.
La CIDH advierte que debido a las restricciones de acceso a los territorios y a los servicios sociales y de protección, las personas desplazadas internas, refugiadas, solicitantes de asilo, y migrantes en países de tránsito o de acogida, son afectadas directa e indirectamente por esta crisis sanitaria, y se enfrentan a serios riesgos de exposición a la trata en distintas modalidades, como explotación sexual y laboral, prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre por deuda o extracción de órganos. Al respecto, de conformidad con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, (UNODC por sus siglas en inglés), los factores de explotación aumentan por los movimientos migratorios bajo circunstancias precarias, los cuales a su vez, son ocasionados por la pobreza, bajos grados de desarrollo económico y social, y desigualdad de oportunidades. Asimismo, la CIDH advierte que las dinámicas migratorias en las Américas se caracterizan por particularidades propias, que incluyen situaciones de origen, tránsito y destino, así como dinámicas de movilidad humana intrarregionales y extracontinentales. Este contexto refuerza la necesidad de cooperación, intercambio de información, y recopilación sistemática de datos para la protección de los derechos humanos que incluyan a las víctimas y poblaciones en desplazamiento.
Asimismo, frente a la pandemia del COVID-19, la CIDH observa que los factores de vulnerabilidad se refuerzan y ocasionan que diversos grupos en situación de vulnerabilidad se encuentren en mayor riesgo de ser víctimas de explotación, tales como: niñas, niños y adolescentes, personas indígenas y población LGBTI, además de mujeres. Al respecto, con el fin de evitar el contagio y propagación del virus, los Estados de las Américas han adoptado medidas restrictivas de movilidad, tales como toques de queda, cierre del comercio, fábricas, y fronteras. Lo anterior, ha ocasionado pérdida de trabajos en la economía formal e informal y de medios de subsistencia, así como el sometimiento a condiciones precarias de confinamiento –originando también mayor exposición a violencia doméstica y de género. En este contexto, la reducción de intercambios sociales y de la presencia en espacios públicos han resultado en factores adicionales que conducen a que personas que buscan satisfacer sus necesidades primarias –como alimentación, salud, alojamiento, y seguridad– se desplacen al interior y exterior de los Estados, exacerbando con ello, su vulnerabilidad a convertirse en víctimas de diversos delitos, entre ellos, la trata de personas.
Para leer el comunicado completo:
http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/183.asp
(26/08/2020)