Prisionero ¿por no usar cubrebocas?
Vigilar y castigar en tiempos de pandemia
Entre los turbulentos cambios que ha traído la nueva situación derivada de la pandemia de COVID-19, un debate que ha cobrado relieve es el de los nuevos límites y relaciones que hay entre el deber cívico de los ciudadanos de atender la normatividad emergente, la vigilancia policial para garantizar su respeto y el castigo o pena adecuada por su infracción.
En Castellón, provincia de España, el portal de El País reporta que un individuo fue identificado por agentes de la Policía Nacional mientras caminaba frente al Hospital General de la ciudad sin portar un cubrebocas, pese a ser obligatorio. Cuando los oficiales se acercaron para interrogarlo por las razones de su proceder, el individuo (del que no se conoce su identidad) no dio ninguna y, cuando aquellos le entregaron uno de estos equipos para que lo usara, lo rechazó tajantemente. A pesar de que intentaron convencerlo en reiteradas ocasiones y le advirtieron que su actitud le traería graves consecuencias, que irían desde una multa y sanción administrativa hasta su detención por “desobediencia grave”, el sujeto no cedió nunca. Al ser puesto a disposición de la autoridad judicial, se descubrió que el detenido tenía numerosos antecedentes judiciales en su expediente, por lo que de inmediato el juez ordenó su ingreso a prisión.
El mismo portal da cuenta de otro hombre de 20 años que fue detenido en Egea de los Caballeros (Zaragoza, España) por negarse a usar la mascarilla protectora. Cuando los oficiales se disponían a revisar sus pertenencias, el individuo los agredió fisicamente, llegando a morder el hombro de uno. Al ser presentado ante la autoridad judicial, se le imputó el delito de “atentado contra agentes de la autoridad”. Sin embargo, la acusación no prosperó y al día siguiente se decretó su libertad.
Como los anteriores, existen muchos otros casos en los que los ciudadanos se enfrentan a los agentes del orden por no usar cubrebocas, así como por no atender otras medidas de protección sanitaria e higiene pública. El tema no es trivial, pues tiene que ver con el respeto a los derechos y libertades fundamentales así como con el ejercicio de la autoridad en el marco de la ley, para hacer cumplir la misma. Pues si bien es un deber ciudadano el atender aquellas medidas que buscan proteger a la persona y a la sociedad en su conjunto, su desatención no es precisamente un delito. En ese sentido, conviene preguntarse ¿Cuáles serán las nuevas relaciones entre gobierno y sociedad, entre derechos y deberes ciudadanos y cumplimiento de la ley, derivadas de la pandemia de Covid-19? El tiempo nos dará la respuesta.
Escrito con información de:
https://elpais.com/espana/2021-01-21/a-prision-por-negarse-a-llevar-mascarilla.html
(27/08/21)