¿Qué tienes? ¿Por qué tiemblas, tú, que nunca
has sabido temblar? ¿Por qué te agitas,
tú, el de serenidad incomparable,
el de alma diamantina?
¿Por ventura se vuelca el océano
sobre los continentes? ¿Se desquicia
por ventura el planeta? ¿Por ventura
se extingue ya en la bóveda infinita
la majestad de las constelaciones?
—Más grave es la razón, amiga mía,
de mi miedo: hace apenas una hora
iba yo a cometer una injusticia…
¡y no hay conflagración ni cataclismo
que deba dar más pánico en la vida!
Amado Nervo
[1] Tomado de NERVO, Amado. Poesías completas. Editora Latino Americana. México. 1957. p. 656.