El 21 de mayo de 2007, a 150 kilómetros de las costas maltesas, un avión de observación de la agencia Frontex[1] localizó una embarcación a la deriva con una sobrecarga de 53 pasajeros, entre los que había mujeres y niños pequeños. Inmediatamente el piloto lo notificó a las autoridades maltesas, sin embargo, ellas rechazaron intervenir porque los náufragos estaban dentro de la zona de rescate de Libia. A pesar de las protestas de varias organizaciones, nadie hizo nada. Los migrantes desaparecieron.
Desde 2007 y sin importar los peligros, en la ruta migratoria del Mediterráneo se ha ido incrementando el tránsito de indocumentados cada año. Al día de hoy, es el camino ilegal más frecuentado del mundo por los migrantes. Este aumento se debe a todas las violaciones de derechos humanos que están ocurriendo en muchos países de África y Oriente Medio. Anteriormente, Libia pudo acoger migrantes, pero ahora este país está también en una situación de guerra y violencia. La última opción de estos migrantes es Europa.
Los migrantes toman enormes riesgos para ir a Europa, no porque quieran sino porque no tienen elección. La gran mayoría de esos migrantes provienen de Siria, Somalia y Afganistán, países destruidos por la guerra civil y el terrorismo. Ellos huyen del Estado Islámico, de Al-Shabaab, de los Talibanes o de un contexto general de violencia y de represión. Es importante recordar que estas personas están totalmente desesperadas, son pobres y deben pagar miles de euros por un trayecto abominable en condiciones horribles, sin saber si podrán llegar realmente a Europa. Adicionalmente, miles de niños deciden tomar el camino marítimo, sin tutores o parientes. En total, más de 100,000 migrantes han atravesado el Mediterráneo desde principios de 2015, muchos de ellos han muerto por falta de agua, comida o ahogados. El 19 de abril pasado murieron aproximadamente 900 personas a causa de la precaria condición de la embarcación en la que viajaban. Una semana después, otras 400 perecieron en la misma situación.
Los países de Europa han aumentado los recursos de Frontex, y aunque la Unión Europea afirma querer ayudar a los migrantes, ataca al mismo tiempo directamente a los “traficantes de humanos”. Estos últimos aprovechan la debilidad y desesperación de los migrantes y ponen decenas de personas en pequeños navíos en muy mal estado, tan llenos que no pueden navegar correctamente.
Para impedir las acciones de los traficantes, la Unión Europea debe actuar en proximidad de las costas de Libia y para ello necesita la autorización y cooperación de las autoridades de ese país. No obstante, ahora hay dos gobiernos en Libia que están sumidos en un conflicto muy violento. De este modo, en tanto que este país no esté en paz, los países europeos no podrán impedir el tráfico. Sin una colaboración entre la Unión Europea y los países de tránsito o de origen, será imposible destruir las redes de traficantes.
Por si esto no fuera suficiente, otro problema es que la Unión Europea no quiere realmente acoger más migrantes. Sus acciones en realidad son para evitar que lleguen al territorio europeo, y aunque ahora hay más operaciones de rescate, desde hace años Frontex ha creado campamentos en algunos países de África del Norte y Europa del Este (con una importante cantidad de capital de los gobiernos), a las puertas de la Unión Europea, para impedir que los migrantes entren en su territorio. ¿Es un medio para evitar su responsabilidad y sus obligaciones en materia de derechos humanos? Lo cierto es que es más difícil para las autoridades europeas expulsar un migrante que ya está en su territorio.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las redes de traficantes son extremamente flexibles. Si la Unión Europea les impide tomar una ruta, ellos encontrarán otra. La cuestión de la migración no va a resolverse en algunos meses. En tanto los migrantes estén en peligro en sus países de origen, no van a desistir, ellos buscarán siempre un medio de sobrevivir yendo a Europa. Así, cada vez, los traficantes encontrarán un camino más peligroso y más caro. Esto es lo que está pasando desde hace años. Los migrantes están navegando por caminos cada vez más arriesgados. Igualmente, estos barcos son cada vez más precarios porque las autoridades europeas los destruyen cuando las encuentran. La Organización Internacional para las Migraciones afirma que el Mediterráneo se ha convertido en la ruta migratoria más mortífera del mundo. Al final, las operaciones militares de la Unión Europea se tornarán en contra de los migrantes. Las muertes de hoy son el resultado de las políticas de cierre de las fronteras de ayer.
Si las acciones militares no están funcionando, ¿cuáles son las soluciones? Numerosas organizaciones presionan a la Unión Europea para que acepte su responsabilidad con los migrantes de guerra. Las medidas importantes para una buena acogida a los migrantes serían facilitar su instalación, darles una visa humanitaria y facilitar su reunificación familiar en el territorio de la Unión Europea. Los estados de la Unión están siempre en desacuerdo cuando se trata de la migración. En lugar de aceptar cuotas que permitan repartir proporcional y equitativamente a los migrantes en los 28 países europeos en función de su población[2], los Estados prefieren discutir la posibilidad de no tener más migrantes que los otros. Es tiempo de que la Unión Europea organice la llegada de los migrantes que huyen de la guerra y la violencia, pues ellos migrarán de todos modos. Los países europeos no pueden seguir pretendiendo que son los líderes de los derechos humanos y dejar que los migrantes mueran en el mar, en campamentos o en el regreso forzado a sus países de origen.
Referencias:
The Mediterranean Migration Crisis: Why People Flee, What The EU Should Do, Human Right Watch, informe del 18 de junio de 2015.
“Migrants en Méditerranée : ONU et ONG critiques sur l’opération militaire”, Radio France Internationale, 29 de mayo de 2015.
“Plus de 3700 migrants secourus en Méditerranée depuis lundi”, Euronews, 23 de junio de 2015.
“La tragédie des migrants en Méditerranée en sept cartes et graphiques”, Slate, 19 de abril de 2015.
“Être réfugié à Malte : c’est pire que dans son propre pays”, Le Soir, Blog de MSF (Médecins Sans Frontières), 2 de noviembre de 2009.
L’empire de la honte, Jean Ziegler, ediciones Fayard.
[1] Agencia europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores de los estados de la Unión Europea. Tiene, entre otras, la misión de detener a los migrantes ilegales que intentan llegar a Europa por el Mediterráneo y dispone de recursos muy avanzados para cumplir su objetivo. Es considerada por Jean Ziegler como una organización militar semiclandestina.
[2] Esta propuesta fue presentada en abril 2015 por la Comisión Europea