Tres altas representantes de la ONU y una relatora especial han expresado su preocupación por la precaria situación que enfrentan miles de personas, principalmente mujeres y niños, que se encuentran recluidos en condiciones inhumanas en campamentos superpoblados u otros entornos en el norte de Siria e Iraq.
“Estamos profundamente preocupadas por la incertidumbre de las condiciones de detención y seguridad en esta región”, señalan en un comunicado conjunto la representante especial sobre la violencia sexual en los conflictos armados, Pramila Patten, su colega para la cuestión de los niños en los conflictos armados, Virginia Gamba, y la representante sobre la violencia contra los niños Najat Maalla M’jid, junto con la relatora especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo, Fionnuala Ní Aoláin.
Violencia sexual, maltrato, tortura…
Entre los principales motivos de preocupación figuran asuntos como la detención arbitraria, la imposición de la pena de muerte, la tortura, los tratos crueles y la violencia sexual.
También denuncian el acceso limitado a servicios humanitarios básicos como alimentos, agua, atención médica y otros servicios esenciales.
“Hacemos hincapié en que los niños no deben ser detenidos, excepto como último recurso y solo por el período más breve posible, de conformidad con las leyes internacionales, de derechos humanos y humanitarias, incluida la Convención sobre los Derechos del Niño y sus Protocolos facultativos”, aseguran en el comunicado.
Además, las recientes hostilidades en curso pueden exacerbar aún más las terribles condiciones de este grupo altamente vulnerable y tener consecuencias para toda la región.
Medidas de cooperación y protección
Por ello, solicitan a los Estados que adopten medidas positivas y de cooperación para garantizar la plena protección de los derechos humanos y garantizar que se satisfagan las necesidades humanitarias de estos civiles.
Además, instan a que no se victimice nuevamente a las mujeres y las niñas que han sufrido la violencia sexual, o han sido víctimas de la trata, o forzadas a casarse, o a la esclavitud sexual y la explotación castigándolas por delitos resultantes de su explotación.
Los sobrevivientes de violencia sexual cometidos por grupos terroristas deben ser tratados como víctimas del terrorismo y deben tener derecho a un apoyo integral que incluya reparaciones y compensaciones.
“Los Estados también deberían tomar todas las medidas necesarias para evitar la estigmatización de los niños, incluidos los que nacieron de la violencia sexual relacionada con el conflicto o los niños que fueron reclutados o utilizados por las partes en conflicto.
Las cuatro recuerdan que los Estados que tienen la obligación de tomar todas las medidas necesarias para intervenir a favor de sus nacionales en el extranjero, incluyendo la la repatriación segura de mujeres y niños a sus países de origen con pleno respeto de la no devolución.
“La situación de las mujeres y los niños privados de libertad en el norte de Siria e Iraq debe evaluarse de forma individual. Cualquier decisión sobre los niños debe guiarse por el interés superior del menor, así como por los principios de unidad familiar, incluso en el contexto de la repatriación”, señalan en el comunicado.
Fuente:
https://news.un.org/es/story/2019/11/1465261
(27/11/2019)