Dra. Gabriela Frías Villegas*
En las narrativas mediáticas del siglo XXI, se espera que las madres trabajadoras sean supermujeres, capaces de tener una carrera exitosa mientras son madres ejemplares, mantienen una casa impecable, y se muestran saludables y hermosas en todo momento. Estas expectativas son inalcanzables para la mayoría de las mujeres, especialmente para aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o que forman parte de hogares monoparentales. Como principales cuidadoras de sus hijos, estas mujeres suelen relegar sus propias necesidades al último lugar. Bajo una enorme carga de responsabilidades, el autocuidado para ellas a menudo se percibe como un lujo o un acto egoísta, cuando en realidad es un derecho humano fundamental que debe ser respetado.
El autocuidado como un derecho humano
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como “la capacidad de los individuos, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y afrontar enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un trabajador sanitario” (Organización Mundial de la Salud, 2024). Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights, 2024), la salud es un derecho humano. Además, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer establece que las mujeres tienen derecho a “la protección de la salud y a condiciones de trabajo seguras, incluyendo la salvaguarda de la función reproductiva” (Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer | Dirección General de Prevención, Atención y Seguimiento a Casos de Violencia de Género, 2024). La salud física, que incluye la salud mental, es esencial para las madres. Por ello, todas las mujeres deben tener acceso a chequeos médicos y tratamientos que garanticen su bienestar.
Sin embargo, el concepto de “autocuidado” puede ser más amplio que el planteado por la OMS. Su significado varía según el contexto cultural y temporal, y puede entenderse de diferentes maneras por distintas personas. Por ejemplo, la poeta, escritora y activista feminista afroamericana Audre Lorde veía el autocuidado como un acto radical y político, especialmente para las personas oprimidas. En su libro A Burst of Light, afirmó: “Cuidarme a mí misma no es autoindulgencia; es autopreservación, y eso es un acto de guerra política” (Lorde, 1988).
Las madres trabajadoras podrían considerar diversas actividades como parte de su autocuidado, que van desde acciones básicas como comer de manera saludable, descansar lo necesario y participar en actividades recreativas, hasta opciones más específicas como hacerse una manicura, recibir un masaje, correr en el parque, visitar la peluquería, tomar un café con una amiga, asistir a una clase de yoga, disfrutar de momentos de tranquilidad, realizar actividades relajantes, ver una película, leer un libro o compartir tiempo de calidad con su pareja.
No obstante, para muchas de mujeres, encontrar tiempo o recursos económicos para realizar estas actividades es un desafío. La falta de una red de apoyo que cuide de sus hijos mientras ellas se dedican al autocuidado puede dificultar aún más esta práctica. La carencia de tiempo, dinero o respaldo comunitario puede llevar a las madres al agotamiento extremo o burnout, con consecuencias negativas no solo para su bienestar personal, sino también para la vida de sus hijos, su desempeño laboral y su comunidad.
Por ello, es tarea colectiva construir entornos que permitan a las mujeres ejercer plenamente su derecho al autocuidado, reconociéndolo como un componente esencial de su salud y dignidad.
Referencias
- Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer | Dirección General de Prevención, Atención y Seguimiento a Casos de Violencia de Género. (2024). http://www.scjn.gob.mx/igualdad-de-genero/cedaw
- International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights. (2024). OHCHR. https://www.ohchr.org/en/instruments-mechanisms/instruments/international-covenant-economic-social-and-cultural-rights
- Lorde, A. (1988). A burst of light: Essays. Firebrand Books.
- Organización Mundial de la Salud. (2024). Autocuidado para la salud y el bienestar. https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/self-care-for-health-and-well-being
* Investigadora en el Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM.